LA VERDADERA HISTORIA DE LOS 3 CERDITOS
Yo no tenía una vida mala, vivía bien en el bosque y en
armonía con mi manada de lobos por la que yo podía estar tranquilo y podía
comer bien, además tenía muchos amigos que me querían; pero todo se terminó
cuando ellos llegaron al pueblo del bosque. Quisieron arrasar con todo y
solamente para que nosotros le tuviéramos que pagar arriendo o posada para
vivir en nuestro hogar. No les importaba nada de nuestras vidas, excepto
nuestro dinero; y además quieren que trabajemos para ellos. Nadie del bosque
estaba contento con la llegada de ellos: los 3 cerditos.
Decidimos todos los del bosque tomar cartas en el asunto con
respecto a la situación que vivíamos, ya que estaban empezando a construir sus
residencias, demoliendo nuestras pequeñas construcciones y utilizando esos
mismos materiales como la paja, la madera y hasta los mismos ladrillos que con
tanto esfuerzo del pueblo conseguimos. Pasaron 2 meses en eso y sus casas ya
estaban casi terminadas, solo les faltaban volverlas más resistentes, y
empezaron por las de ladrillo las cuales iban a vender a los más ricos del
pueblo y se iban a quedar con una.
Nosotros, los
habitantes del bosque aprovechamos que ellos estaban concentrados en las casas de ladrillos y nos dedicamos a
protestar cerca de las casas menos resistentes y derribarlas, pero los
habitantes del bosque no quisieron participar activamente en dicha protesta,
así que me enviaron a mí para actuar. Empecé a idear un plan, pero los del
bosque me dijeron que solo necesitaba una cosa para arremeter contra las casas
menos resistentes, así que pensé en qué me podía servir, y en ese momento vi un
soplador de hojas muy potente que alguien había dejado allí por “casualidad” y
me puse manos a la obra con la primera
casa, que era de paja, así que solo tuve que encenderlo y la tumbé con
facilidad. Luego me dediqué a tumbar la casa de madera y lo logré, aunque con
mayor esfuerzo.
Y por último, me dirigí con sigilo a la casa que era de
ellos para causar mayor impacto en ellos, pero no contaba con que ellos
estuvieran allí y traté de derribarla con todo lo que tenía a mi alcance hasta
con el soplador para ver si funcionaba, pero no hubo caso.
Luego me arrestaron por daño a la propiedad privada e
intento de homicidio. Y aquí estoy, en la cárcel. Sí fue justo que me
arrestaran por lo que hice, pero no fue justo que no haya logrado mi cometido
final: que ellos se fueran del pueblo, más bien se quedaron con mayor razón
para gobernar el pueblo como si fueran de él. Fue tan injusta esta situación
que mandaron a hacer un cuento infantil y popular sobre ellos, donde se
mostraba lo que “habían hecho” por el pueblo y como yo era el malo de la
historia. Siempre he detestado esa historia.
RONALDO CABARCAS.
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